Raphaël Varane es una gran promesa del fútbol francés
hecha realidad. El defensa, calificado como “importante en la selección de
Francia” por Didier Deschamps cuando sólo sumaba 2 internacionalidades, parece
estar satisfaciendo las expectativas de una gran carrera con apenas 20 años.
Y el seleccionador galo no es el único que lo piensa.
El Lens lo hizo debutar como profesional con 17 añitos y Zinédine Zidane fue a
buscarlo un año después para llevárselo al Real Madrid, donde José Mourinho le
prometió un gran futuro y, según Varane, “cumplió su palabra”.
A menudo se habla de precocidad al referirse a usted.
¿Cómo se explica esa madurez en su trayectoria personal?
Creo
que está vinculada a mi relación con mi hermano mayor. Tiene dos años y medio
más que yo y siempre he querido alcanzarlo, ¡y él hacía todo lo posible porque
yo no lo alcanzase! (risas). Pienso que es eso lo que ha hecho que haya crecido
un poco más deprisa. Además, me fui a un internado bastante joven, a los 13
años. Tal vez eso ayuda a ser más maduro. Soy alguien pausado, que no se come
la cabeza y que no se presiona inútilmente. Son cualidades que ayudan a jugar
como profesional con 17 años.
Fichó por el Real Madrid con 18 años, tras un solo año
de profesional en el Lens. ¿Dudó a la hora de dar el gran salto? ¿Estuvo
tentado de seguir progresando en un club menos importante?
Sí,
por supuesto. Pero fue una decisión muy meditada. La primera idea que tuve fue
que no serviría de nada y que no iba a jugar. Después, al oír el proyecto del
entrenador, cambió mi opinión. No me embarqué en este proyecto a ciegas. Fue
José Mourinho quien me convenció. Me dijo que iba a progresar, que iba a
experimentar el máximo nivel, y que eso sólo podía ser positivo para mí.
¿Cómo fue recibido por el vestuario madridista?
Me
ayudaron mucho mis compañeros. Yo soy alguien al que le gusta mucho aprender e
intercambiar experiencias con los otros jugadores, algo que en el vestuario se
apreció bastante. Y mi personalidad más bien discreta, sin hacer demasiado
ruido, también me ayudó mucho. Como no hablaba español cuando llegué, la presencia de franceses en el
club me facilitó igualmente las cosas. Zinédine Zidane, entre otras cosas, me
aconsejó dirigirme a los demás, intercambiar impresiones, hablar con ellos. Me
dijo que me correspondía a mí dar el paso, y me ayudó a forzar un poco mi
naturaleza más bien reservada para integrarme bien.
¿Hay algún consejo que le hayan dado durante su
trayectoria y que todavía tenga presente?
En
la educación de mis padres se insistió mucho en la humildad, y es algo que
tengo presente. Nunca hay que dar nada por hecho; no tienes que creerte más de
lo que eres, y has de seguir siendo tú mismo. Tengo a gala aplicar estos
principios, que también me han recordado jugadores experimentados. Por lo
demás, quien me da muchos consejos en el Madrid es Pepe. Sobre todo, me ha
enseñado a no aflojar nunca nada. Es un jugador que siempre está al 100% sobre
el campo, e intenta inculcarme esa cultura del hambre de ganar.
Fue titular por primera vez en liga el 21 de septiembre
de 2011, poco después de llegar. ¿Se esperaba que lo hicieran debutar tan
pronto al máximo nivel?
Sí
lo esperaba, porque de eso iba la charla que tuvo conmigo José Mourinho. Me
había dicho que iba a gozar de minutos de juego, que iba a poder calibrarme a
mí mismo y conocerme mejor. Nunca me había visto enfrentado a fuertes
presiones, ya sea dentro o fuera del campo, y me dijo que iba a tener enseguida
la oportunidad de saber cómo reaccionaría ante todo eso. Mourinho cumplió su
promesa. Durante los dos años que jugué para él, siempre respetó su palabra, y
también supo siempre lanzarme en los momentos adecuados.
¿Qué es lo que hace a Mourinho tan “especial” a su modo
de ver?
Dada
mi juventud, no he conocido muchos entrenadores, por lo que es difícil
establecer comparaciones, pero yo diría que su personalidad y su carisma, que
repercuten en todo el equipo. Es un ganador, un competidor, y lo transmite a
sus jugadores. Puede verse que, por todos los sitios que ha pasado, ha tenido
equipos combativos, con carácter.
Su excepcional rendimiento en defensa contra el Barça a
principios de 2013 en la Copa del Rey, donde además se permitió el lujo de
marcar tanto en la ida como en la vuelta, le valió múltiples elogios. ¿Sintió
que todo eso podía hacerle perder la cabeza?
Es
cierto que, a veces, te paras cinco minutos y te dices a ti mismo que es una
cosa de locos y que todo va muy deprisa. Pero precisamente en esos momentos hay
que saber demostrar humildad y tener los pies en el suelo. Todo va muy rápido
en el fútbol y, cuando la cosa marcha bien, hay que saber cuestionarse y no
relajarse ni un ápice. Además, fue un periodo en el que tuvimos un partido
importante tras otro, especialmente en la Liga de Campeones. Había que mantener
la concentración, y eso es lo que hice. También eso forma parte de mi
educación, y es algo que ahora cultivo por mí mismo. Además soy el tercero de
cuatro hijos; tengo un hermano mayor y una hermana mayor… Si algún día me diera
por cambiar con respecto a la forma en la que me han educado, ellos estarían
ahí para volver a ponerme enseguida en el buen camino.
¿Quién es su modelo en defensa?
Me
fijo mucho en los jugadores de mi puesto. Pero si hay que destacar un nombre,
yo diría que mi modelo es Lillian Thuram; por lo que desprendía en el campo y
por todo lo que hizo en su carrera. Me encantaba su entusiasmo, su entrega, sus
ganas, su combatividad. También me gustan mucho su personalidad y su carisma.
He leído incluso sus libros, y considero que es alguien que puede inspirar a
los jóvenes. Sólo tenía 5 años cuando metió sus dos goles en la semifinal
contra Croacia en Francia’98, pero lo recuerdo; eso me marcó. Destaparse con
esos dos tantos en aquel momento… fue muy fuerte.
Últimamente, se le ha comparado a menudo con el
brasileño Thiago Silva. ¿Qué mejor cumplido se le podría hacer?
(Risas)
Ahora mismo es la referencia en mi puesto, así que es un halago. No soy muy
aficionado a las comparaciones, pero es verdad que tengo un perfil que se le
asemeja, ya sea al sacar el balón jugado o en la actitud defensiva, aunque no
tengamos totalmente el mismo estilo. De todas formas, considero que todavía tengo
progresos por hacer, y que puedo mejorar en muchos aspectos. Estoy entablando
mi tercera temporada en el Madrid, con toda la experiencia que eso implica.
Conozco las exigencias de jugar al máximo nivel; sé que hace falta una
concentración intachable, ser fuerte en el uno contra uno y preciso en los
pases rápidos. Trato de apoyarme en mis cualidades e ir puliendo poco a poco
mis defectos.
Cuando sube al ataque, a menudo realiza la acción
idónea. ¿Es algo innato? ¿Jugó de delantero cuando era más joven?
Es
algo innato e instintivo. No me lo pienso; lo hago como lo siento y solamente
después me doy cuenta de lo que ha pasado. Pero creo que todavía puedo marcar
muchos más goles. La temporada pasada metí dos, pero es algo en lo que tengo
que trabajar.
¿Qué le pasó por la cabeza cuando se enteró de que su
lesión de menisco (11 de mayo de 2013) iba a apartarlo unos meses de los
terrenos de juego? ¿Pensó en Brasil?
Al
principio, nada más producirse la lesión, me negaba a creer que fuese algo
importante. Luego en el hospital, cuando salió el diagnóstico, fue un golpe muy
duro. Era mi primera lesión grave. Sólo pensé en el Mundial más tarde,
diciéndome a mí mismo que tenía que volver en buena forma, ¡y deprisa! (risas).
Zizou fue importante en ese periodo. Durante la concentración de pretemporada,
vio que me impacientaba un poco, y supo calmarme y apaciguarme, como él sabe
hacerlo. Al mismo tiempo, es normal. Si no tienes esas ganas, ¡no tienes nada
que hacer en un campo de fútbol!
¿Qué le inspira el hecho de que la próxima Copa Mundial
de la FIFA se dispute en Brasil?
Es
una gran nación de fútbol. El hecho de que tenga lugar allí, lo transciende
todo… Es un país que tiene una historia grandiosa en esa competición, que
respira el fútbol y la alegría de jugar. Además, todas las grandes naciones
deberían acudir a la cita, ¡así que va a haber espectáculo! Promete ser un
bonito Mundial. Ya estoy deseando estar allí y medirme a las selecciones más
grandes.
¿Cree que Francia, si se clasifica, tendrá recursos
para hacer un gran campeonato y rivalizar con las grandes naciones europeas y
sudamericanas?
Será
difícil, pero creo que en poco tiempo se puede crear un grupo cohesionado y
conseguir algo juntos. Hay que tender hacia eso, y hacer todo lo posible por
cumplir ese objetivo. Construir un gran equipo a largo plazo, con titulares
indiscutibles y líderes experimentados que controlen el chiringuito, lleva su
tiempo. Pero la cohesión de un grupo puede lograrse más rápido, en mi opinión.
Fifa.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario