La visita más cercana,
y una de las que más ilusión le han hecho “nunca” al cantante Damon Albarn, sucedió la semana pasada
cuando fue invitado por el Chelsea FC al entrenamiento del primer equipo en
Cobham, al suroeste de Londres. Llevó a su hija (“está enamorada de Fernando
Torres”, dice) y se hizo fotografías con el propio Torres, el portero Petr Cech
(“tiene criterio musical”) y, sobre todo, el entrenador José Mourinho. “Es una
pena”, dice, “fui con la idea de invitarle a cenar y, al final, no me atreví.
Creo que hay pocas cosas mejores que puedes hacer por alguien a quien admiras que
cocinar para él”. Se le advierte de que, al decir esto, puede estar perdiendo
la mitad de sus seguidores españoles, o iniciando una guerra de secesión entre
ellos, los mourinhistas y los anti-mourinhistas. “La prensa española ha tratado
muy mal a Mourinho. Pero es que el Real Madrid es un club tan grande. Lo
aprecio [al Real Madrid], pero es demencial”.
“Mou es todo un héroe, para mí
y para mucha gente”, insiste Damon: “A estas alturas de la vida te
quedan pocos héroes, así que, cuando tienes la posibilidad de conocer a uno, es
genial”. Defiende a su entrenador con más vehemencia e ilusión casi que al
hablar de su propia música. “¿Te acuerdas de lo del ‘Special one’?” [como se
definió Mourinho a su llegada al Chelsea, en junio de 2004]. “Nunca dijo ‘I am the
special one’, sino ‘I am a special one’. Es una diferencia” [la diferencia está entre decir “soy el especial” o
“soy especial”, pero uno más]. “Cuando terminó el entrenamiento”, continúa, “la
persona del club que me había llevado fue a presentarme a José y él le cortó:
‘¡Ya sé quién es!”, y el ex de Blur despliega la sonrisa de un niño al ver a
los Reyes Magos.
Nunca se le verá, de
todas formas, en la zona VIP de Stamford Bridge. “No me sentiría cómodo. Tengo
mi asiento de socio desde hace 20 años, y me encanta coincidir con ‘mi gente
del fútbol’ cada dos semanas. Se me olvidan los problemas durante dos horas. A
veces pienso que todo se puede solucionar con el fútbol”.
Cuando está en el
fútbol, en el estadio, Damon tiene menos presente la tecnología y las diferentes
maneras en que la incomunicación se muestra en el día a día. De eso trata
Everyday robots, su álbum de ‘debut’. “Exteriorizo mis sentimientos sobre este
tema”, explica Damon, ya más serio, “que es que habito el mundo moderno, estoy
en relación constante con la tecnología, pero también siento que estamos
perdiendo algo. Está por ver que lo que ganamos sea una mejora. No digo ni que
sí ni que no”.
Fragmento tomado de
Rolling Stones (España)
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